Cada Cuaresma trae una oportunidad de cambio. Este año, el Papa Francisco ha fijado el tono para el tipo de cambio que le gustaría que ocurriera en nosotros. Él quiere que la conversión de nuestro corazón sea un giro hacia el otro.
En su carta para la Cuaresma de 2017, el Papa Francisco nos invita a acercarnos a nuestras prácticas cuaresmales con un enfoque en nuestros compañeros humanos y cómo podemos ayudarlos. Comienza señalando que otras personas son un don. Él dice: “La justa relación con las personas consiste en reconocer con gratitud su valor. Incluso el pobre en la puerta del rico, no es una carga molesta, sino una llamada a convertirse y a cambiar…cada persona es un don, ya sea nuestro vecino o un pobre desconocido.”
Papa Francisco
Nuestro Santo Padre escribe: “La Cuaresma es un tiempo propicio para abrir la puerta a cualquier necesitado y reconocer en él o en ella el rostro de Cristo. Cada uno de nosotros los encontramos en nuestro camino. Cada vida que encontramos es un don y merece acogida, respeto y amor.”
“Queridos hermanos y hermanas, la Cuaresma es el tiempo propicio para renovarse en el encuentro con Cristo vivo en su Palabra, en los sacramentos y en el prójimo. El Señor que en los cuarenta días que pasó en el desierto venció los engaños del Tentador nos muestra el camino a seguir. Que el Espíritu Santo nos guíe a realizar un verdadero camino de conversión, para redescubrir el don de la Palabra de Dios, ser purificados del pecado que nos ciega, y servir a Cristo presente en los hermanos necesitados.
“Oremos unos por otros para que, participando de la victoria de Cristo, sepamos abrir nuestras puertas a los débiles y a los pobres. Entonces viviremos y daremos un testimonio pleno de la alegría de la Pascua.”
En respuesta a la invitación del Papa Francisco, centremos esta Cuaresma en nuestro prójimo, de manera que la forma en la cual nos acercamos a las prácticas tradicionales de la oración, el ayuno, y la limosna aumente nuestro espíritu de solidaridad con nuestros hermanos y hermanas por todo el mundo.
Oración
Este año, cuando participamos en las oportunidades especiales de oración de la temporada de la Cuaresma, debemos tratar de encontrar maneras de conectarnos con otras personas. Por ejemplo, si decidimos asistir a la Misa Diaria durante algunos días de entre la semana de la Cuaresma, podríamos invitar a un amigo o compañero de trabajo para asistir a la Misa con nosotros. El asistir a la Misa Diaria hace maravillas para nuestra vida de fe, y nos ayuda a orar de manera más consciente en unión con toda la Iglesia en la tierra, en el Purgatorio, y en el Cielo.
Cuando hacemos planes para ir a uno de los Servicios de Penitencia de la Cuaresma en una parroquia local, podríamos traer con nosotros algunos miembros de la familia o un amigo, para que también tengan la oportunidad de experimentar la alegría de la reconciliación sacramental. Un Servicio Comunitario de Penitencia sirve para ayudar a ver cómo es que el pecado afecta las relaciones sociales y como la misericordia de Dios renueva toda la comunidad.
La práctica espiritual tradicional de rezar el Viacrucis en la parroquia los viernes de Cuaresma es otro buen momento para invitar a otros. Recomiendo especialmente traer a los jóvenes, para ayudarles a desarrollar un amor más profundo por Jesucristo y una mayor familiaridad con las oraciones de la Iglesia.
También recomiendo planear de antemano de asistir a algunas de las liturgias del Triduo en cualquiera de nuestras parroquias. Al invitar a otros a venir con usted para los servicios del Triduo, estará introduciéndolos a algunas de las liturgias más profundas que la Iglesia tiene que ofrecer.
Es útil de tener en cuenta a los de edad avanzada, y de llevarlos a algunas de las actividades espirituales de la parroquia durante la Cuaresma. Esto los sacará de la casa y los conectará con otras personas. Ya sea el llevarlos al Viacrucis o a Misa o incluso a una fritura de pescado, los está ayudando a sentirse menos solos en este mundo.
Ayuno
El ayuno incluye cualquier reducción voluntaria de alimentos, bebidas, o lujos. Desde el comienzo de la historia Cristiana, el ayuno y la abstinencia han sido una parte integral de la experiencia de la Cuaresma. Este año, cuando hacemos cambios en nuestros hábitos alimentales y practicamos la abnegación del ayuno o la abstinencia, deberíamos permitir que nuestro hambre nos recuerde de nuestros hermanos y hermanas por todo el mundo que pasan hambre todos los días. Nuestros pequeños dolores de hambre son nada en comparación con el sufrimiento de una persona en una hambruna o en una ciudad cuyo suministro de alimentos ha sido cortado por la guerra.
Hay muchas maneras de experimentar la práctica del ayuno, y es bueno tratar diversas expresiones de esta disciplina en diferentes años. Por ejemplo, algunos optan por saltar una comida en ciertos días de la semana. Algunos hacen un ayuno de jugos. Conozco a muchos que asumen la antigua práctica de no comer carne para toda la temporada. Un testimonio que es especialmente potente es el de renunciar todo el consumo de alcohol durante la Cuaresma.
El ayuno y la abstinencia pueden traer una nueva vitalidad a nuestra vida de oración. También tienen el potencial de aumentar en nosotros la virtud de la solidaridad. La solidaridad es la actitud que dice: “Lo que le sucede a otras personas me importa, aunque no conozco a esas personas personalmente.” Si oramos por los pobres y hambrientos al ayunar, y aplicamos el dinero ahorrado por el ayuno a las necesidades de los pobres, nuestro ayuno tiene un significado espiritual más profundo.
Limosna
La limosna incluye actos de caridad fraternal que expresan solidaridad con los pobres. Sirve como un recordatorio de la enseñanza Cristiana de que el amor de Dios va mano a mano con el amor al prójimo. A través de la limosna, se nos recuerda que nuestra vida espiritual también debe orientarse hacia la justicia y la caridad. Al reconocer las necesidades de los que nos rodean, nos dirigimos hacia el exterior para la edificación del reino de Dios en el mundo.
En nuestra Cuaresma de este año, debemos tener en cuenta que el Papa Francisco nos ha instado a no sucumbir a la “cultura de la indiferencia” hacia los pobres y los marginados. Al desempeñar nuevos actos de bondad y caridad durante la Cuaresma, el Señor extiende a nuestros corazones para que seamos más amorosos, y él abre nuestra mente a un mayor conocimiento de las dificultades que sufren nuestros hermanos y hermanas. Con la ayuda de Dios, podemos encontrar que nuestros actos de servicio son tan satisfactorios que continuamos con ellos después de que la Cuaresma haya terminado.
Por toda la Diócesis de San Ángelo, muchos de nosotros vamos a utilizar las cajitas de cartón de la Operación Plato de Arroz durante el tiempo de la Cuaresma. Este proyecto de Catholic Relief Services aporta una enorme cantidad de ayuda financiera a los pobres y hambrientos, así como a aquellos que son afectados por los desastres naturales en todo el mundo. Cada vez que ponemos algo en la caja, deberíamos ofrecer una pequeña oración por aquellos que serán ayudados por estos fondos.
Para aquellos que tienen niños o adolescentes en el hogar, es especialmente importante usar la cajita del Plato de Arroz como una herramienta de enseñanza para formar a la próxima generación a ser sensibles a las necesidades de los pobres. Un buen lugar para colocar la cajita del Plato de Arroz es en el centro de la mesa de la cocina, para ayudar a los miembros jóvenes de la familia a ser más conscientes de los que pasan hambre mientras disfrutamos de nuestras comidas saludables en la seguridad de nuestros hogares. Junto con las cajitas del Plato de Arroz, Catholic Relief Services proporciona un calendario de oraciones para uso durante la Cuaresma que se puede utilizar para la reflexión personal o de grupo.
En Viernes Santo, parroquias Católicas por alrededor del mundo recogen una colecta especial para las necesidades de los Cristianos en la Tierra Santa. La recaudación de la Colecta de Viernes Santo se envía a la Custodia Franciscana de la Tierra Santa. Los Franciscanos han estado a cargo de los lugares sagrados allí desde 1209. También asisten a los pobres, operan escuelas, proporcionan becas, y llevan a cabo los ministerios pastorales para mantener vivo el Cristianismo en la tierra donde se originó. Cuando damos a la colección del Viernes Santo, estamos asistiendo concretamente al cuerpo sufriente de Cristo en el Medio Oriente.
Un Giro hacia el Otro
La Cuaresma ya ha comenzado, pero no es demasiado tarde para tomar la decisión de asumir las prácticas de la oración, el ayuno, y la limosna que nos ayudarán a voltearnos hacia el otro en formas nuevas y creativas. La Pascua no es hasta el 16 de abril, así que todavía hay tiempo para asumir algunas disciplinas de la Cuaresma especiales que nos harán más conscientes y más sensible a las necesidades de los demás seres humanos.