Jesús tenía un lugar especial en su corazón para los niños. Un día se sentó, llamó a sus doce apóstoles alrededor de él, y les enseñó una lección muy importante. Él tomó a un niño en sus brazos y les dijo: “El que reciba a un niño como éste en mi nombre me recibe a mi.” (Marcos 9:36) Él dijo: “Deja que los niños vengan a mí... porque el reino de Dios es de quienes son como ellos.” (Marcos 10:14)
En nuestra diócesis, una de nuestras principales prioridades debe ser de proporcionar un programa de calidad de la educación religiosa, para formar a niños, jóvenes y adultos en el camino de nuestra fe. La catequesis es el proceso de pasar la tradición de fe, ayudando a otra persona a crecer en la comunión íntima con Jesucristo a través de la práctica activa de nuestra fe Católica. Esto ocurre de manera gradual, con el tiempo, a medida que desplegamos progresivamente el mensaje.
Los que enseñan la educación religiosa en nuestras parroquias son llamados catequistas. Ellos están respondiendo al llamado de Dios que viene con su misión bautismal de proclamar la Palabra de Dios.
Estoy muy agradecido por todos nuestros catequistas, ministros de jóvenes y voluntarios que participan en las actividades de evangelización y catequesis de nuestras parroquias. Si usted nunca ha intentado de ayudar de esta manera, lo recomiendo muchísimo. Cuando les enseñamos la fe a los demás, terminamos aprendiendo mucho nosotros mismos.
Los padres también tienen una vocación catequística, viviendo su llamado bautismal como los principales catequistas de sus hijos. Nuestra Iglesia Católica enseña que la familia es la “Iglesia doméstica.” Dios ha dado a los padres la tarea de ser los primeros y principales educadores de sus hijos en la fe.
Los padres tienen la responsabilidad de evangelizar a sus hijos en una variedad de maneras – enseñándoles la fe, y enseñándoles a rezar, rezando con ellos, participando en la vida de la Iglesia, llevándolos a Misa, y dando buen ejemplo de vivir una buena vida Cristiana moral. Los niños aprenden en la familia cómo practicar las virtudes que van a vivir más adelante en la sociedad.
Algunos padres dicen: “¿Cómo puedo enseñar a mis hijos la fe, si no sé las respuestas yo mismo?” Un buen primer paso es equipar su hogar con buenos recursos Católicos. Usted mismo no tiene que convertirse en una enciclopedia caminante Católica, pero puede almacenar su biblioteca en casa con algunos materiales de referencia útiles.
Mire usted a los libros que se sientan en la estantería de su casa. ¿Qué ve? ¿Tal vez algunos libros de cocina, álbumes de fotos, manuales de reparación de automóviles, libros infantiles, novelas, o revistas populares? ¿Por qué no tener también algunos libros que le ayude a usted y su familia a crecer más cerca de Dios?
Yo recomendaría cualquiera de los siguientes recursos para el estante de libros de un hogar Católico:
La Biblia: recomiendo la Biblia Latinaoamerica, la Biblia Misionera (Misioneros Servidores de la Palabra) la Biblia de Nuestro Pueblo (Biblia del Peregrino, por Luis Alonso Schokel), la Biblia de Jerusalén, o la Biblia Católica para Jovenes.
Catecismo: Este podría ser el Catecismo de la Iglesia Católica (un poco complicado, que también está disponible en línea), el Catecismo Católico de los Estados Unidos para los Adultos (menos complicado), o para los jóvenes, el Youcat Español (por Cardinal Schoenborn)
Comentario de la Biblia Católica (como el Comentario Bíblico Latinoamericano, o Comprender las Escrituras, por Scott Hahn)
Libro de los Santos
Libro de oraciones Católicas: algunos ejemplos son Oraciones Católicas (por Nelson), y El Libro de Mis Oraciones (por Jacobo).
Enciclopedia Católica: algunos son un solo volumen, y algunos tienen varios volúmenes
Libro básico de preguntas y respuestas, tales como Conozca Primero Su Fe Católica (por Pedro Nuñez)
Cuando yo era un niño, mis padres tenían algunos de estos libros en la casa. De vez en cuando, cuando no estaban mirando, me gustaba escudriñar cosas en esos libros, para hallar respuestas a mis curiosidades acerca de Dios y la fe Católica. Me parecieron ser muy informativos.
Piense en todas las cosas que tiene alrededor en su casa. Pregúntese: “¿Cómo está equipado nuestro hogar para la práctica de la fe Católica?” Algunas herramientas útiles serían las películas con un tema religioso, música Cristiana, el arte religioso en las paredes, cruces, crucifijos, iconos, rosarios, y una corona de Adviento. Algunas familias han descubierto un sorprendente nuevo recurso en línea llamado Formed.org del Instituto Agustín en Colorado. Algunas parroquias proveen Formed.org gratuitamente para sus feligreses; miren el boletín o llamen a su parroquia para el código de acceso. Se trata de una plataforma digital que ofrece una gran cantidad de pláticas Católicas informativas y de entretenimiento de audio, libros electrónicos, películas, documentales y programas de estudio en vídeo.
También he conocido a muchos Católicos adultos que han experimentado un crecimiento profundo en su comprensión religiosa a través de ver una serie de vídeos, como El Catolicismo del Obispo Robert Barron o Cronología de la Biblia de Jeff Cavins. Es especialmente eficaz el reunir un grupo de adultos jóvenes o adultos a ver estos videos y discutirlos juntos.
El año escolar acaba de comenzar. Si usted tiene niños en casa, y no están en el programa de educación religiosa en su parroquia Católica local, recomiendo que se ponga en contacto con la oficina parroquial y pregunte cómo sus hijos pueden empezar ahora.
La educación religiosa no es solamente para la preparación inmediata antes de recibir un sacramento. La formación continua y la educación en la fe es un proceso de toda la vida. Si la única educación religiosa que jamás hemos recibido fue cuando éramos niños pequeños, eso no es suficiente para ayudarnos a manejar las situaciones complicadas de la vida que nos enfrentamos como adultos. Nunca debemos dejar de estudiar y aprender la fe. Si no mantenemos la planta regada, no va a crecer, y con el tiempo se marchita y se muere.
Cualquier relación se verá afectada si nos acercamos a ella con una actitud minimalista. Es lo mismo con nuestra relación con Dios. El minimalismo debilita nuestra vida de fe. Por ejemplo, si sólo oramos cuando queremos algo de Dios, o si vamos a clases de educación religiosa sólo lo suficiente para recibir un sacramento, o si estamos satisfechos con un nivel elemental de educación en la fe, estamos siendo minimalistas. Dios tiene mucho que nos espera si solamente nos abrimos a recibirlo.
Si usted va a preparar una barbacoa, y marina la carne en una cierta salsa, la carne absorberá todo el sabor de la salsa. Si pone a marinar su mente con ciertos valores, es muy probable que absorba esos valores. ¿Cuál es el adobo en que morará? ¿Le proporciona únicamente los valores seculares y materialistas del mundo que nos rodea, o se trata de un proceso de aprendizaje de por vida basada en la verdad de Jesucristo?
Todos nosotros tenemos experiencias ocasionales de dudas. Cada vez que tenemos dudas, se hace una diferencia a donde vamos con nuestras dudas. En lugar de aislarnos, debemos ir a donde está la Iglesia, y permanecer abiertos a la guía del Espíritu Santo. Después de todo, Jesús prometió que enviaría su Espíritu para guiar a la Iglesia a toda la verdad hasta el fin del tiempo.
A través de la catequesis, pastoral juvenil, formación de la fe de adultos, y los libros y sitios web Católicos fiables, podemos hacer preguntas y aprender a través de nuestras dudas. Este es el camino a un más profundo nivel de la fe de adultos.