Acabamos de escuchar las Bienaventuranzas del Sermón del Monte. ¿Qué es una Bienaventuranza?
Es un recurso literario que se encuentra en la Biblia. Comienza “Dichosos los que…”, y luego se enumera alguna cualidad virtuosa.
Hay más de 80 “Bienaventuranzas” dispersadas por todo el Antiguo y el Nuevo Testamento.
Es una manera de enseñar virtudes, y de promover ciertas cualidades personales, y de comunicar los valores que dan forma a una cultura.
Cuando Jesús dio sus Bienaventuranzas, volcó totalmente a la gente, debido a que las mismas cualidades que él llama benditas son cualidades que a menudo no queremos: (como la persecución, la pobreza, el hambre). Esas no se encuentran en la lista de las Mejores Diez de muchas personas.
Si nosotros estuviéramos escribiéndolas, tal vez llegaríamos a un conjunto diferente de valores.
Imagínense lo que serían las Bienaventuranzas del Oeste de Texas en 2017? Podrían ser algo como estas:
Dichosos los que tienen un montón de amigos en Facebook.
Dichosos los que manejan una nueva camioneta grande.
Dichosos nuestros héroes deportivos, cuando ganan.
Dichosos los quien tienen el hijo que es un genio.
Dichosos los que tienen el dinero para frenos, Accutane, implantes, cirugía LASIK, y cirugía de nariz.
Dichosos los que siempre tienen su casa limpia y ordenada.
Dichosos los que tienen buenas conexiones.
Dichosos los que nunca se sienten solos.
Dichosos los que son dueños de derechos minerales.
Dichosos los que no tienen ni un loco en su familia.
Dichosos los que todavía tienen todo su cabello.
Y, por último, dichosos los que están de acuerdo conmigo.
¿Cuáles son las Bienaventuranzas que impulsan la vida de usted? Recuerda que Jesús es Dios. Y la razón por la cual Jesús nos da sus Bienaventuranzas es para que podamos juzgar las cosas según la voluntad de Dios, no de acuerdo a los criterios de la cultura que nos rodea.
Jesús toma nuestras suposiciones naturales sobre el significado de la verdadera felicidad en la vida, y las voltea al revés.
Con su Bienaventuranzas, nos da un nuevo par de anteojos, para que podamos ver lo que es verdaderamente honorable y digno de elogio ante los ojos de Dios, no la forma en que estamos acostumbrados a verlo.
Así que, ¿cuáles son estas cualidades y virtudes que nos enseñó Jesús en sus bienaventuranzas? Vamos a explorarlas un poco:
Dichosos los que tienen espíritu de pobres: Esto es cuando uno se da cuenta de que no puede hacerla por su propia cuenta. Usted necesita desesperadamente la ayuda y la fuerza de Dios. Usted es impotente sin la ayuda de Dios.
Dichosos los que sufren: Esto se refiere no sólo a los que sufren por sus propios dolores, sino también para aquellos que se preocupan intensamente por los sufrimientos y las penas de los demás.
Dichosos son los humildes: La palabra griega es praus. Es difícil de traducir. Es la ecuanimidad, un temperamento moderado del alma. Se refiere a alguien que tiene el equilibrio adecuado entre el exceso de ira y muy poco coraje. Él tiene sus instintos y sus impulsos bajo control. Es el mismo adjetivo que se utiliza para describir un caballo salvaje que ha sido amansado. Potente, pero con un temperamento uniforme.
Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia: Esto es tener hambre y sed por la santidad completa, no sólo parcial. A veces decimos: “Señor, hazme santo, pero no en este momento.”
Dichosos son aquellos que muestran misericordia: Esto no es cuando nos da lástima de alguien a la distancia. Es la compasión. La habilidad de ver las cosas con ojos ajenos, de imaginar cómo el otro se ha de sentir, de entrar en la mente y el corazón de la otra persona y sufrir con ellos.
Dichosos los de corazón limpio: Esto se trata de alguien que es bueno de corazón, una persona de integridad, cuyas acciones exteriores e intenciones interiores son un conjunto coherente de bondad constante — de principio a fin.
Dichosos los que trabajan por la paz: Al ser un trabajador por la paz no significa evadir los problemas. No se trata de la aceptación pasiva de cosas que son como son porque tenemos miedo de la molestia de hacer algo al respecto.
Se trata de enfrentar las cosas con honestidad y activamente, haciendo la paz, incluso si eso significa ir a través de una lucha. La palabra hebrea para la paz es shalom. Significa “relaciones correctas.” Así que un trabajador por la paz es alguien que “produce relaciones correctas.” Recuerde la enseñanza del Papa Juan Pablo II: Los dos pilares en los cuales se construye la paz verdadera son la justicia y el perdón.
Dichosos somos cuando somos perseguidos por causa de la justicia: En el momento en que nuestro Cristianismo nos cuesta algo es cuando mostramos nuestra verdadera lealtad a Cristo.
¿Es nuestro Catolicismo sólo un club social cómodo, o estamos realmente dispuestos a someternos a insultos y ostracismo social, y a sufrimiento por nuestra fe?
¿Estoy dispuesto a derramar toda mi vida por mi relación con Jesucristo en mi fe Católica Cristiana?
Bueno, pues creo que podemos decir que Jesús puede escribir algunas Bienaventuranzas bastante exigentes, ¿eh?
Oremos para que sus Bienaventuranzas o beatitudes sean nuestras actitudes.