Mucha gente en la cultura que nos rodea tiene la noción de que la temporada Navideña es el período de tiempo entre el Día de Acción de Gracias y Navidad. Eso puede ser cierto desde un punto de vista comercial, pero no es cierto desde la perspectiva de la fe Cristiana. La verdadera temporada Navideña en realidad comienza en las vísperas del 24 de diciembre, y dura hasta la Fiesta del Bautismo del Señor, la cual se lleva a cabo el lunes 9 de enero de 2017.
La palabra “Adviento” viene de la palabra latina adveniens, la cual se refiere a la llegada, la entrada, o la venida. El que viene es Jesucristo. En la temporada de Adviento nos estamos centrando en tres diferentes venidas de Cristo - en la historia, en el misterio, y en la majestad. Estos se llevan a cabo en el pasado, el presente, y el futuro.
El acontecimiento pasado de la venida de Cristo en la historia se llevó a cabo con el nacimiento de Jesús de la Virgen María hace más de 2,000 años en Belén. Esto es lo que conmemoramos con la Solemnidad de la Navidad el 25 de diciembre; por lo tanto, el Adviento es un tiempo de preparación para la celebración de su nacimiento.
El evento futuro de la venida de Cristo será cuando vuelva en majestad al final de los tiempos, cuando venga en la gloria para traer el Reino de Dios a su cumplimiento. En Mateo 24:42, Jesús dice: “Manténganse ustedes despiertos, porque no saben en qué día vendrá su Señor.” El Adviento nos recuerda que debemos estar alertos y vigilantes en todo momento para el retorno final de Cristo.
Como personas de fe, la actitud apropiada cuando consideramos la última venida de Cristo al final de los tiempos no es de pánico, sino más bien un espíritu de alegre anticipación y reconciliación. Si estamos viviendo en una relación sólida con Dios, no habrá necesidad de estremecerse de miedo o correr y gritar. San Agustín dice: “Si amamos a nuestros pecados más de lo que amamos a Cristo, vamos a temer su venida. Si amamos a Cristo más de lo que amamos a nuestros pecados, nos alegraremos en su venida.”
La tercera manera en la cual nos centramos en la venida de Cristo en el Adviento es el presente. Él viene a nosotros en misterio cada día, en los Sacramentos de la Iglesia, en las Escrituras, y en nuestro vecino necesitado. Él se presenta a nosotros aquí y ahora, hablándonos, nutriéndonos, moldeando y formándonos, desafiándonos y curándonos. Cuando servimos a las necesidades de los que nos rodean por medio de llevar a cabo las obras de misericordia, estamos respondiendo a la venida de Cristo bajo el disfraz de nuestro vecino necesitado.
La pasada venida de Cristo y la futura venida de Cristo son como los dos extremos de un puente. El puente que se extiende entre ellos es la presente venida de Cristo. Cada día caminamos ese puente, tratando de actuar con justicia y amor en todo lo que hacemos. El Adviento es un tiempo para observar atentamente por su presencia en las experiencias concretas de la vida, y para comprometernos al traer su presencia en nuestro mundo.
Me gustaría invitarlos a vivir el Adviento de una nueva forma este año. Pónganse su gorra de pensar y consideren algunas maneras diferentes para darle vida a esta temporada, y para descubrir la presencia de Cristo todos los días. He aquí sólo algunas sugerencias para considerar:
Pesebre Con la costumbre de la escena de natividad o pesebre, preparen un lugar para recibir al Niño Jesús en la Navidad. Comiencen la temporada de Adviento con el pesebre vacío, y no pongan la figura de Jesús en la escena hasta la Navidad. Hay una hermosa costumbre que comenzó en Francia, donde se coloca un poco de paja en el pesebre para cada buena acción o acto de bondad hecho durante el Adviento, con el fin de preparar un lugar suave y acogedor en el que Jesús se acostará.
Confesión Prepararen un lugar para Jesús en su corazón por medio de hacer una buena Confesión sacramental. De esta manera se estará limpiando la basura de los pecados que bloquean la entrada de él de manera más completa en sus vidas. Una lista de los Servicios de Penitencia de Adviento especiales que se ofrecen en todas partes de la Diócesis de San Ángelo se puede encontrar en la página web diocesana en
www.sanangelodiocese.org. Siéntanse libres de asistir a cualquiera de estos servicios, ya sea en su propia parroquia o en otro lugar, dependiendo de su horario.
Tarjetas navideñas Si van a enviar tarjetas Navideñas, piensen en el mensaje en sus tarjetas, y el sentido Cristiano de la fiesta, y traten de que sus tarjetas reflejen la importancia de Jesús, no solamente de Rudolph, Santa, o los duendes. Con cada tarjeta Navideña que escriban y cada mensaje de Navidad que envíen electrónicamente, digan una oración por el recipiente.
Corona de Adviento Recomiendo encarecidamente el uso de una corona de Adviento en los hogares y en las parroquias. Esta costumbre se inició en el siglo16 en Alemania, y con el tiempo se extendió por todo el mundo. El rico simbolismo de esta corona ayuda a enseñar sobre el significado espiritual de la temporada de Adviento.
La base de la corona es un círculo de hoja perenne, que simboliza la vida eterna de Dios en Cristo. El color verde es un símbolo de la vida, y la forma circular representa la eternidad, ya que la línea de un círculo no tiene principio ni fin. El Adviento celebra el hecho de que Cristo, quien vive en la eternidad, se hace presente en nuestra historia humana.
En la corona se encuentran cuatro velas, que proclaman que Cristo es la luz del mundo. Las cuatro velas representan las muchas generaciones de seres humanos que vivieron antes del nacimiento de Cristo, que estaban esperando la llegada del Mesías. El número de velas encendidas cada semana corresponde al número de la semana en curso de Adviento. Comenzando con cada uno de los cuatro domingos de Adviento, una vela adicional se enciende, hasta que las cuatro están iluminadas durante la cuarta semana de Adviento. Por lo tanto, con cada semana consecutiva de la temporada, la luz aumenta, empujando afuera a la oscuridad. Jesucristo es la luz que entra en la oscuridad de nuestro mundo con el fin de conquistar la oscuridad.
Por lo general, hay tres velas moradas y una vela color de rosa. El color morado simboliza arrepentimiento del pecado como también la realeza de Cristo nuestro Rey. Las velas moradas se añaden en la primera, segunda y cuarta semana, mientras que la vela color de rosa se añade en la tercera semana. El color de rosa es un símbolo de la alegría. El tercer domingo de Adviento es tradicionalmente conocido como Domingo Gaudete, que es una celebración de una espera alegre, ya que hemos llegado a mediados de Adviento, cuando el tiempo de preparación ya esta por terminar y la Navidad está cerca.
También es aceptable que una corona de Adviento utilice cuatro velas blancas en lugar de las velas moradas y color de rosa, especialmente en aquellos casos cuando velas moradas y color de rosa no se pueden encontrar. Cuatro velas moradas también se pueden usar.
Para aquellos que están en búsqueda de oraciones para usar con la corona de Adviento en casa, un ejemplo se puede encontrar en la página web de la Diócesis de San Ángelo en sanangelodiocese.org. Mas muestras se pueden encontrar en los libros de oraciones Católicas, en las tiendas Católicas, y en el Internet.
En este Adviento, seamos todos conscientes de las tres venidas de Cristo, y hagamos espacio en nuestro corazón para su llegada - en la historia, en el misterio, y en la majestad.